Rehabilitación de Ruptura del Tendón de Aquiles
El tendón de Aquiles es el tendón más grueso y más resistente del organismo; anatómicamente, se encuentra poco protegido dada la escasa cubierta cutánea y su pobre aporte sanguíneo. El sitio más frecuente de localización de la ruptura es la zona comprendida entre los dos y seis centímetros por arriba de la inserción en el hueso calcáneo. El tendón de Aquiles (TA) está formado por los tendones combinados de los músculos gemelo, sóleo y plantar, su inervación está dada por el nervio tibial posterior y el safeno externo, permitiéndole tener una función de propiocepción o integración de información sensorial.
La ruptura del tendón de Aquiles, es la pérdida de la continuidad de fibras longitudinales de colágeno que lo componen y representa el tercer lugar en la ruptura de tendones mayores, después de las lesiones del manguito rotador en el hombro y del cuadríceps.
Es una lesión aguda asociada comúnmente a varones y al deporte, siendo mecanismos de aceleración y desaceleración la causa de rupturas hasta en un 90%.
La ruptura compromete directamente las tareas motoras que requieren acciones de propulsión y despegue, tales como la marcha y el salto.
La sintomatología se presenta frecuentemente durante la práctica deportiva, con una sensación súbita de dolor y un intenso chasquido en la parte posterior del tobillo, asociado a una evidente pérdida de la fuerza para realizar la extensión del tobillo; más tarde se presenta inflamación de la zona así como un notorio aumento de volumen.
En la exploración física se encuentra una notable pérdida de continuidad sobre la zona de ruptura y las maniobras diagnósticas (Thompson, 1962) están orientadas a demostrar la insuficiencia para la extensión del tobillo; los estudios auxiliares de utilidad son el ultrasonido y la resonancia magnética.
A la fecha, la técnica principal de reparación es quirúrgica, eventualmente apoyada con injertos y plastías tendinosas; y en algunos casos con uso de mallas e implantes sintéticos y técnicas de suturas percutáneas. La segunda tendencia es meramente conservadora, utilizando diferentes sistemas de inmovilización (Bota Walker) orientados a lograr la uniòn de los extremos del tendón para fomentar su cicatrización. Este sistema está dirigido a pacientes ancianos y pacientes con enfermedades crónico-degenerativas cuyos riesgos son superiores a los beneficios que pueda arrojar el tratamiento quirúrgico.
Independientemente del tipo de intervención realizada para la reparación de la rotura, la rehabilitación debe iniciar de manera temprana ya que aporta beneficios mayores como la proliferación, el transporte y la alineación de las células tendinosas.
El programa de rehabilitación después de la reparación del tendón de Aquiles, tiene el objetivo de lograr la reintegración del paciente después de 12 semanas (variable por características individuales de cada paciente) iniciando con la activación de cadera y rodilla desde el primer día posterior a la lesión permitiendo la movilidad articular y fortalecimiento de estos segmentos, así como mejorar la circulación sanguínea e incidir en la inflamación del tobillo. Después de 6 semanas el principal objetivo es mejorar la fuerza muscular del gastrocnemio y de los flexores plantares para lograr la propulsión normal en poco tiempo, entrenar la propiocepción del tobillo y pie, para conseguir un impacto favorable en la función de tobillo, tanto para la fuerza muscular como el entrenamiento de la marcha.
La rehabilitación del paciente con ruptura aguda del tendón de Aquiles es difícil; el paciente se enfrenta a una mala calidad muscular y a una persistente posición de equino del pie. Psicológicamente presenta temor al “riesgo” de una nueva ruptura durante los movimientos activos y pasivos de flexión y extensión del tobillo, más el papel de rehabilitación posee también un lugar importante para disminuir la aprehensividad ante el regreso a la actividad ayudando así de manera integral al paciente.
Referencias.
Benito, A. Da Cuña, I. (2018) Rehabilitación después de la cirugía del tendón de Aquiles: una revisión de la literatura. Revista Mexicana de Medicina Física y Rehabilitación;30 (1-2):15-25
González, M., y cols. (2016) Tratamiento conservador de rotura crónica de tendón de Aquiles: reporte de caso. Acta Ortopédica Mexicana; 30 (6): 323-325
Chávez, D. y cols. (2006) Rehabilitación en ruptura de tendón de Aquiles. Revista Mexicana de Medicina Física y Rehabilitación; 18(2) 61-64
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