Abordaje del Trastorno del Espectro Autista (TEA)
El autismo es un conjunto de alteraciones heterogéneas a nivel del neurodesarrollo que inicia en la infancia y permanece durante toda la vida. Implica alteraciones en la comunicación e interacción social y en los comportamientos, los intereses y las actividades.
A lo largo de estos últimos años el concepto del autismo ha tenido un giro gracias al avance en su investigación, la última versión de la clasificación internacional de trastornos mentales más importantes, el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders-5 (DSM-5), reconoce estos progresos e incluye el autismo dentro de los trastornos del neurodesarrollo, alejándose de la antigua conceptualización de Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD).
Además, el autismo pasa a denominarse Trastornos del Espectro Autista (TEA), ya que reconoce la sintomatología del autismo a todos los individuos en un amplio abanico de fenotipos. Por este motivo desaparecen los subtipos del autismo tales como (Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger, Trastorno Desintegrativo de la Infancia, Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado).
A continuación se presentan algunos criterios diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) según el DSM-5.
1.- Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos, manifestados por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes
2.- Deficiencias en la reciprocidad socioemocional; por ejemplo:
Acercamiento social anormal,
Fracaso en la conversación normal en ambos sentidos,
Disminución en intereses, emociones o afectos compartidos,
Fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales
3.- Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social; por ejemplo:
Comunicación verbal y no verbal poco integrada,
Anormalidad en el contacto visual y del lenguaje corporal,
Deficiencias en la comprensión y el uso de gestos,
Falta total de expresión facial y de comunicación no verbal
4.- Déficits en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones; por ejemplo:
Dificultad para ajustar el comportamiento a diversos contextos sociales,
Dificultades para compartir el juego imaginativo o para hacer amigos,
Ausencia de interés por las otras personas
5.- Híper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés inusual por los aspectos sensoriales del entorno; por ejemplo:
Aparente indiferencia al dolor/temperatura,
Respuesta adversa a sonidos y texturas específicas,
Oler o tocar excesivamente objetos,
Fascinación visual con luces o movimientos
La evaluación debe ser multidisciplinaria y la detección temprana es esencial para una intervención rápida, la cual que debe estar dirigida y enfocada a mejorar la comunicación social y reducir la ansiedad y la agresión.
El abordaje multidisciplinario según cada disciplina tiene como objetivo:
Terapia Ocupacional: Enseñanza de destrezas que ayudan a la persona a vivir de la manera más independiente posible. Estas destrezas pueden incluir vestirse, comer, bañarse y relacionarse con las personas
Terapia de Integración Sensorial: La terapia de integración sensorial está diseñada para ayudar a los niños que tienen dificultades de procesamiento sensorial, exponiéndolos a la estimulación sensorial de manera estructurada y repetitiva. La teoría que la sustenta es que con el tiempo el cerebro se adaptará y permitirá que los niños procesen y reaccionen a las sensaciones más eficientemente.
Terapia de Lenguaje o del Habla: Ayuda a mejorar las destrezas de comunicación de una persona. Algunas personas pueden aprender destrezas de comunicación verbal, dislexia y problemas de articulación y fluidez.
Dentro del área terapéutica se trabaja tanto con los padres como con el paciente y se llevan de la mano tareas para ejecutar dentro del ámbito familiar, de esta forma se lograrán fortalecer y mejorar distintas áreas como lo son el lenguaje, el juego simbólico, la iniciativa social y la interacción padre/hijo, logrando la generalización y conservación de las habilidades que faciliten el desarrollo de sus habilidades comunicativas, sociales y conductuales, sin dejar de lado sus capacidades más desarrolladas.
Referencias.
· Bonilla, M., & Chaskel, R. (2016). Trastorno del espectro autista. CCAP, 15 (1), 19-29.
· Zúñiga, M. A. (2009). El síndrome de asperger y su clasificación. Educación (33), 183-186.
· López R, Munguía A. (2008). Síndrome de Asperger. Revista del postgrado de psiquiatría, (1) 6-9.