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José María Castanyon

Rodilla del corredor (síndrome de banda iliotibial)


Definición: El síndrome de la banda iliotibial, también conocido como síndrome de cintilla iliotibial o rodilla del corredor, es una lesión por fricción de tipo inflamatorio, no traumática, debido a la demanda constante del movimiento de flexión y extensión de la rodilla, como resultado de entrenamientos intensos y repetitivos; se genera debido a un contacto excesivo entre la banda iliotibial y el cóndilo lateral de la tibia (tubérculo de Gerdy).


Anatomía: La banda iliotibial es una estructura fascial compuesta de tejido conectivo denso que se forma por las confluencias de las fibras de los músculos tensor de la fascia lata, glúteo medio y glúteo mayor, su origen está ubicado en la espina iliaca anterosuperior de la pelvis, y su inserción se encuentra en el cóndilo lateral de la tibia (Tubérculo de Gerdy). Una de sus principales funciones es colaborar con la estabilidad de la postura en posición erguida y prevenir posibles torsiones generadas en la articulación de la rodilla.


Etiología: El síndrome de la banda iliotibial es una lesión funcional no traumática por sobreuso, muy común en corredores de distancias cortas, largas y ciclistas. Su causa principal es debida a un movimiento repetitivo de flexo-extensión de la rodilla, que provoca una fricción continua y recurrente de la banda iliotibial sobre el cóndilo lateral de la tibia. Cuando la rodilla se flexiona en un ángulo superior a 30º la banda iliotibial se desliza hacia la parte posterior del cóndilo lateral de la tibia, pero si la rodilla se extiende, la banda se desplaza hacia la parte anterior del cóndilo. Si este movimiento se produce de manera recurrente y repetitiva, el cóndilo lateral genera un roce excesivo sobre la banda iliotibial y como consecuencia se genera el síndrome de la banda iliotibial.


Prevalencia: Este síndrome es la causa más común de dolor en la parte lateral de la rodilla en corredores, con una incidencia de entre 1.6% y 12% de las lesiones propias del atletismo. Así mismo, tiene una incidencia del 22% del total de las lesiones en miembros inferiores, además de ser una lesión común en los deportistas que practican ciclismo, con una prevalencia del 15% de todas las lesiones por sobreuso en este deporte


Factores de riesgo


Factores extrínsecos:


  1. Errores en la planificación de los entrenamientos (progresión inadecuada del ejercicio o sobreentrenamiento).

  2. Superficies inadecuadas para el entrenamiento (con peralte, colinas, cuesta abajo).

  3. Inadecuada o ausencia técnica de la carrera.

  4. Practicar en deportes cíclicos y de larga duración como carrera y ciclismo (y alternar entre ambos).

  5. Uso de equipamiento o materiales inadecuados (principalmente el calzado).

Factores intrínsecos:

  1. Dismetría (diferencia de longitud) entre las extremidades inferiores.

  2. Excesiva torsión externa de la tibia.

  3. Pronación del pie (la carga del pie se desplaza más hacia la zona interna).

  4. Debilidad en los músculos abductores de cadera.

  5. Epicóndilo prominente.

  6. Banda iliotibial acortada.

Signos y síntomas: El dolor es el síntoma más común para indicar la presencia del síndrome de la banda iliotibial; se presenta de manera difusa sobre la cara lateral de la rodilla, y en ocasiones puede presentarse con dolor referido a nivel de la cadera. La presencia de dolor durante la ejecución de actividad fisica es muy frecuente, incluso se manifiesta después de haber realizado la carrera, sin embargo, si no se cesa la actividad, puede aumentar más su grado de irritación, provocando que los síntomas aparezcan desde el inicio de la actividad. En fases tempranas el dolor cesa al concluir la carrera, pero si se continúa con la actividad normal el dolor puede evolucionar llegando a mantenerse pese al cese de la actividad. Si la actividad persiste aún más, se llega a un estado de malestar mayor focalizado en el epicóndilo femoral lateral y el tubérculo de Gerdy, irradiándose por toda la extremidad. En ocasiones, referir dolor durante la subida de escaleras o correr cuesta abajo puede ser también un síntoma del síndrome de la banda iliotibial.


Diagnóstico: El diagnóstico se realiza principalmente mediante una detallada historia clínica, una rigurosa exploración física y con la ayuda de pruebas de imagen.


En la historia clínica los pacientes suelen referir dolor en la cara lateral de rodilla. En fases iniciales este dolor se presenta después de haber realizado la actividad física y en casos más avanzados el dolor se presenta antes de la carrera, al caminar, subir y bajar escaleras e incluso al permanecer sentados mucho tiempo en una posición que mantenga las rodillas flexionadas.


La exploración física suele apoyarse de diferentes pruebas manuales que ayudan al médico a diagnosticar este síndrome. Algunas de esas pruebas son:


  1. Ober (ayuda a determinar la flexibilidad de la banda iliotibial).

  2. Noble (para determinar la aparición de dolor a la flexión de rodilla, principalmente entre los 30º-40º).

  3. Renne (indica dolor en el recorrido de la banda iliotibial al mantener una flexión de rodilla de 30º).

  4. Thomas modificado (indica un acortamiento de músculos flexores de cadera, tensor de la fascia lata y banda iliotibial).


Tratamiento: El objetivo final del tratamiento es devolver al deportista a una rutina sin dolor. Los objetivos básicos que se plantean en la mayoría de los tratamientos utilizados para el síndrome de la banda iliotibial se centran en el control de la inflamación, prevenir y modificar factores de riesgo y un plan de ejercicios y estiramientos enfocados en la musculatura afectada. El 94% de los pacientes responden favorablemente ante un plan de

terapia conservador. Resulta de gran ayuda determinar el grado de la lesión para aplicar un adecuado tratamiento.


  • Grado 1: El dolor no se produce durante la actividad física, aparece después de la misma y suele desaparecer 24 horas después. Es muy útil un plan de ejercicios para casa, calentamiento previo a la actividad física y estiramientos posteriores a la misma.

  • Grado 2: El dolor es mínimo y se presenta al final de la actividad física, no interfiere con el rendimiento. Al igual que en el grado 1 es muy útil un adecuado plan de ejercicios y estiramientos, también resulta favorable la aplicación de hielo en la cara lateral de la rodilla una vez finalizada la actividad física.

  • Grado 3: El dolor es mayor, está presente al inicio de la actividad física e interfiere con la velocidad y la duración del ejercicio. Se requiere de la asistencia al área de fisioterapia con un enfoque hacia disminuir el proceso inflamatorio, fortalecimiento y estabilización de los músculos abductores de cadera, glúteos y tensor de la fascia lata.

  • Grado 4: El dolor restringe la actividad física e incluso se presenta en actividades cotidianas. Se requiere un plan de fisioterapia al igual que en el grado 3, es recomendable la aplicación de otras técnicas como infiltraciones, las cuales dependen del dolor y la tolerancia a dichas infiltraciones (siempre consultadas y aprobadas por el médico).

  • Grado 5: Se incrementa la sintomatología. La cirugía puede ser necesaria y consiste en el alargamiento de la banda iliotibial en la zona donde se produce más fricción.


Referencias.

  • Pasos, F. J. (2017). Síndrome de la banda iliotibial. Medigraphic, 13, 65-72.

  • Lavine R. (2010). Iliotibial band friction syndrome. Current Reviews Musculoskeletical Medicine, 3, 18-22.

  • Ellis R, Hing Wayne, & Reid D. (2007). Iliotibial band syndrome-A systematic review. ScienceDirectc, 12, 200-208.


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