Estrategias de Fisioterapia para tratar el dolor musculoesquelético
El dolor causa una sensación diferente en cada persona, puede ser de mayor o menor intensidad, según la OMS "es una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial”.
El dolor musculoesquelético (también llamado osteomuscular) se produce por el daño a los músculos, ligamentos, tendones y huesos. Este tipo de dolor afecta cada vez más a toda la población, ya que hay una serie de factores de riesgo vinculados con las tareas cotidianas; en general, estos factores pueden ser, la intensidad, duración, repetitividad, frecuencia y tiempo de exposición del esfuerzo realizado.
Los orígenes de dolor musculoesquelético son:
Dolor óseo: por ejemplo por algún traumatismo; el cual es un dolor profundo como en el caso de las fracturas.
Dolor muscular: puede ser leve o severo en casos de calambres, espasmos musculares y desgarros, tensión a nivel muscular.
Dolor en tendones y ligamentos: Descrito como "cortante" y se incrementa al realizar el movimiento de estos, por lo que el dolor disminuye con el reposo, como en el caso de esguince parcial o total de las estructuras.
Dolor articular: como el ocasionado por la artritis, disminuye con el movimiento y empeora con el reposo.
Dolor por la compresión nerviosa: como en el caso de la compresión de nervios periféricos en el síndrome del túnel carpiano y nervio ciático.
Es importante que estos dolores sean tratados de primera instancia para evitar que se vuelva un dolor crónico (dura más de 3 meses o duración de más de 1 mes después de la remisión de la lesión o el problema que causaron inicialmente el dolor), para estos casos la fisioterapia es de gran importancia y ayuda a tratar, mejorar o erradicar el dolor.
Algunas de las estrategias fisioterapéuticas que se pueden utilizar son las siguientes:
Ejercicio terapéutico: es el ejercicio personalizado y dosificado de acuerdo al tipo de paciente y su patología, también se va adecuando por etapas para tratar el dolor de forma segura.
Técnicas suaves: masaje para relajar la tensión y el espasmo muscular, además de estimular la circulación o descargas musculares en el caso de los deportistas.
Termoterapia: su aplicación disminuye el número de impulsos nerviosos, con lo que se reduce el tono muscular esto nos lleva a una relajación muscular.
Movilizaciones articulares: consisten en mover las articulaciones a través del desplazamiento, pueden ser activas o asistidas por los fisioterapeutas estas evitan la rigidez, mantiene el tono muscular y mejora los rangos de movimiento.
Ultrasonido: son ondas de sonidos que emiten vibraciones de baja intensidad que emite calor, ayuda con el dolor e inflamación.
Láser: funciona en el caso de analgesia o desinflamación de tejidos por medio de una luz de baja intensidad.
Electroestimulación: mecanismo por el cual se consigue la hiperestimulación provocando contracciones musculares, que ayudan al dolor o al trabajo de fortalecimiento muscular.
Con un tratamiento integral de fisioterapia vamos a conseguir reducir la inflamación, mejorar y optimizar la curación de heridas, aliviar los dolores recuperando la movilidad articular y muscular, así como el aumento de la fuerza para la prevención de recaídas recobrando funcionalidad y autonomía, siendo este puntos uno de los más importantes para una excelente calidad de vida.
Bibliografía
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